lunes, 21 de marzo de 2011

Cuatro entre un millón.


Tuve la suerte de ser arrojada bruscamente a la realidad.
¿Cuándo se nos concederá el privilegio de respirar aire fresco?
¡Qué maravilloso es que nadie necesite esperar ni un solo momento antes de comenzar a mejorar el mundo!
Las personas libres jamás podrán concebir lo que los libros significan para quienes vivimos encerrados.
No veo la miseria que hay, sino la belleza que aún queda.
Nunca creeré que los poderosos, los políticos y los capitalistas sean los únicos responsables de la guerra. No, el hombre común y corriente, también se alegra de hacerla. Si así no fuera, hace tiempo que los pueblos se habrían rebelado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario