miércoles, 26 de junio de 2013

xxoo

Duele el querer decir cosas y quedarse uno necesariamente callado. Duele el pensar que la soledad es consecuencia del estar así, o si el estar así es lo que me escupe en la cara mi siempre preciada y temida soledad. No duelen las lucecitas que yo veo y vosotros no. No duelen esas líneas oscuras atravesadas en el suelo,que se esfuman en cuanto me dispongo a pisarlas, y me susurran que no las pintó nadie. Ni siquiera me duele el ruido. Hoy... no me dueles tú. Mañana quién sabe.

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